David Valls

Tomé una foto excepcionalmente hermosa de una de las flores que adorna mi jardín; se trata de un galán de noche blanco. Esta flor, no solo destaca por su pureza y elegancia, sino que también emana un perfume increíblemente embriagador durante las horas del crepúsculo y la noche. Conocido por su capacidad de llenar el aire con un aroma dulce y fascinante, el galán de noche tiene la peculiar habilidad de atraer la atención incluso en la oscuridad. El contraste de sus delicados pétalos blancos contra el fondo verde del jardín es una verdadera obra de arte de la naturaleza. La sensación de paz y serenidad que proporciona al observarla bajo la luz tenue de la luna añade un encanto especial a la atmósfera nocturna, convirtiendo el jardín en un refugio de tranquilidad y belleza incomparable.