Durante estos días pasados, me dediqué a hacer algunos cambios en los posaderos de mi jardín, con la intención de variar un poco su apariencia y darles un nuevo aire. Al principio pensé que, después de haber estado manipulándolo todo, mis amigos alados tardarían un tiempo en regresar debido a las alteraciones. Contra todo pronóstico, sucedió lo contrario a lo que esperaba. Desde que hice los cambios, ha estado apareciendo un nuevo visitante durante dos días seguidos, uno que, al igual que muchos otros, nunca había tenido la oportunidad de fotografiar antes. La primera vez que lo vi, mi corazón comenzó a latir más rápido por la emoción del descubrimiento, y me apresuré a tomar mi cámara para no dejar escapar la oportunidad de capturarlo. Sin embargo, el nuevo visitante parecía estar bastante cómodo y me brindó el tiempo suficiente para tomar muchas fotos. Espero que las imágenes os gusten tanto como a mí me encantó la experiencia de encontrármelo en mi jardín.
