Otra de las aves que verdaderamente me fascina y que es una visitante frecuente del hide, es el Herrerillo Capuchino. Esta ave no solo destaca por su planta elegante, sino también por la vibrante paleta de colores que exhibe en su plumaje. Su increíble velocidad al volar es acompañada por un comportamiento único que es un deleite observar. Me produce gran placer dedicar tiempo a observar a esta criatura, intentando capturar su esencia en diferentes escenas a través de la fotografía. Sin embargo, esta tarea requiere paciencia y estrategia, ya que el Herrerillo Capuchino es increíblemente inquieto y siempre muestra un aire de timidez. Su presencia es una fuente constante de asombro y tributo a la diversidad de la naturaleza que nos rodea.
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