Salida Fonamad a Gredos

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Resulta que me enteré de una salida organizada por para pasar la en el refugio en lo alto de Gredos, y me uní casi sin pensarlo. Era la primera vez que hacía algo así, sentía nervios y toda la preparación me envolvía. Comencé a empacar mi equipo, naturalmente queriendo llevar de todo: un lente macro para los detalles, un teleobjetivo para fotografiar animales, otro para paisajes, el trípode y demás utensilios que pensé que podrían ser útiles. Luego estaba el saco para dormir, ropa de abrigo en caso de frío, y obviamente, y comida suficiente para dos días enteros. Al final, la mochila pesaba una barbaridad, pero de joven uno siempre promete más de lo que debería; lo que no sabía es que ya empezaba a sentirme mal con mis antiguos achaques. Llegué a la plataforma de Gredos muy temprano, la hora de salida era también muy en la mañana. Me levanté antes para el viaje, que considerando mi punto de partida, es aproximadamente una hora. Con mi pesada mochila me presenté, saludé a los compañeros, y comenzamos el ascenso. El subir me costó muchísimo a pesar de que realizamos múltiples paradas para fotografiar. La ruta estaba muy bien señalizada y era cómoda, pero el peso que llevaba era excesivo. Que si una cascada, un lagarto, intentando avistar al pechiazul y luego las cabras montesas. Nos sorprendió un poco de mientras subíamos, comimos bajo ese clima, y cuando apenas estaba llegando al refugio, a unos 300 metros, ya completamente en el circo de Gredos, les comenté a mis compañeros que no me quedaría. Fue una decisión extremadamente difícil, pero creo que acertada, ya que estaba exhausto y pensé que si pasaba la noche allí y a la mañana siguiente seguía igual, tendrían que evacuarme en helicóptero. Así que comencé a descender a mi propio ritmo, esta vez en solitario y ya con menos carga de agua y comida, lo que hacía la bajada mucho más llevadera. Durante el descenso me encontré con varios machos de cabra montesa, a los cuales no pude resistirme y les saqué varias fotos. No podía irme sin llevarme más recuerdos fotográficos, por supuesto. Finalmente, llegué de nuevo a la plataforma, me metí en el coche y me relajé un momento antes de comenzar el viaje de regreso a casa. Aunque no fue la mejor experiencia debido a mi condición, la recuerdo como algo especial; el lugar es increíble y los compañeros me trataron de maravilla. Siempre les agradeceré su preocupación, comprensión, y el cuidado que me brindaron. Algún día regresaré, llevaré menos equipo y espero estar en mejor salud. Será para disfrutar de esa que nos hace sentir tan pequeños en este vasto mundo. Espero que las fotos que tomé valgan la pena y os gusten.

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